Hace diez años que se fue de mi vida esta bolita de pelo cariñosa, cotilla y juguetona y todavía la echo de menos con una fuerza que duele…
Llegó a mi vida cuando más la necesitaba, cuando más hundida y rota estaba yo por la muerte del que era mi mejor amigo, y la llenó de luz. Su cariño y su alegría me hicieron salir poco a poco de la pena e ir recuperándome.
En los 12 años y medio que estuvo a mi lado llegó a convertirse en la reina de la casa, la niña mimada, casi casi como una hija… Yo era de las que no entendía cómo algunos dueños mimaban de forma exagerada a sus mascotas y al final me convertí en una de ellos 🙂
Ahora lo entiendo y entiendo que quienes no hayan tenido la experiencia no sepan lo que es y lo importantes que llegan a ser estos seres maravillosos. Es increíble las toneladas de amor incondicional que te dan…
Y aunque la echo de menos, tengo grabados en mi memoria todos y cada uno de los momentos felices vividos junto a ella y montones de anécdotas que siguen haciéndome sonreír.
Gracias por todo lo que me diste, pequeña Nora.
buen viaje, nora :´(
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Que bonita era!
Un besazo guapa!
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